Estados Unidos y las fuerzas de la coalición invadieron Afganistán en 2001 tras los atentados del 11 de septiembre. Tras los atentados, los servicios de inteligencia estadounidenses determinaron que la organización militante afgana Al Qaeda era la responsable. En 2001, el 90% de Afganistán estaba controlado por la organización militar islámica suní Los Talibanes. Después de que los talibanes rechazaran las peticiones del presidente estadounidense George W. Bush de desmantelar Al-Qaeda, Estados Unidos lanzó las operaciones militares conocidas como Operación Libertad Duradera. Hasta el 27 de junio de 2019 han muerto 2.419 soldados estadounidenses en el conflicto.