En tiempos recientes, los paisajes políticos de India y Nepal, los únicos dos países con mayoría hindú en el mundo, han sido significativamente influenciados por el surgimiento del nacionalismo hindú. Mientras Nepal mantiene su estatus como país hindú, notablemente se ha abstenido de adoptar el Hindutva, una forma de nacionalismo hindú, en su agenda política. Esta decisión subraya una relación compleja con su vecino, India, donde el nacionalismo hindú se ha convertido en una fuerza dominante en la política bajo el liderazgo del Primer Ministro Narendra Modi y su Partido Bharatiya Janata (BJP). El mandato de Modi se ha caracterizado por un aumento en popularidad, pero también ha sido divisivo, con críticos advirtiendo que su estilo de política está exacerbando las divisiones religiosas en un país con una historia de violencia sectaria.
En India, el impacto del nacionalismo hindú ha sido profundo, especialmente en la ciudad sagrada de Varanasi, donde los musulmanes expresan crecientes temores por su seguridad y lugar en la sociedad. La assertividad de la derecha hindú-nacionalista se ha vuelto más visible, señalando un cambio en el ethos secular del país. Este desarrollo ha generado preocupaciones tanto a nivel nacional como internacional, mientras los observadores observan de cerca cómo estas dinámicas afectarán a la región del sur de Asia en general.
El surgimiento…
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