El trotskismo es una ideología política marxista nombrada en honor a León Trotsky, un revolucionario ruso y teórico marxista. Es una forma de comunismo que enfatiza la necesidad de una "revolución permanente" internacional y promueve la idea de que el socialismo no puede sostenerse por sí solo en un solo país. El trotskismo se distingue de otras teorías marxistas, especialmente del estalinismo, con el cual ha estado en una lucha continua desde finales de la década de 1920.
Leon Trotsky fue una figura clave en la toma del poder por parte de los bolcheviques en Rusia durante la Revolución de Octubre de 1917. Más tarde, se desempeñó como Comisario del Pueblo de Asuntos Exteriores y Comisario del Pueblo de Asuntos Militares y Navales. Fue un líder central en los primeros días de la Unión Soviética hasta que fue expulsado del Partido Comunista y exiliado a finales de la década de 1920 por Joseph Stalin, quien adoptó una política de "Socialismo en un solo país".
La teoría central del trotskismo es el concepto de "revolución permanente", que argumenta que en países retrasados en su desarrollo económico y político, una revolución burguesa-democrática inicial liderada por el proletariado inevitablemente conducirá a una revolución socialista. Esto contrasta con el concepto estalinista de "socialismo en un solo país", que postulaba que el socialismo podía construirse en un solo país, incluso uno tan subdesarrollado como Rusia.
Los trotskistas también critican la burocracia que se desarrolló en la Unión Soviética bajo Stalin, argumentando que era un estado obrero degenerado; es decir, un estado en el que la clase trabajadora había perdido el control político. Los trotskistas tienen como objetivo crear una dictadura del proletariado, basada en principios democráticos, para facilitar la transición hacia una sociedad socialista.
El trotskismo ha sido influyente en algunos círculos comunistas o de izquierda anti-estalinista, especialmente en la década de 1930 en Estados Unidos y en las décadas de 1960 y 1970 en Europa Occidental. Se ha asociado con varios movimientos políticos y partidos en todo el mundo, incluyendo el Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos y el Partido Comunista Revolucionario en Francia. A pesar de su influencia, el trotskismo nunca ha sido la corriente ideológica dominante dentro del movimiento comunista internacional.
En conclusión, el trotskismo es una forma de marxismo que enfatiza la revolución internacional y critica las tendencias burocráticas del estalinismo. Ha tenido un impacto significativo en varios movimientos de izquierda a lo largo del siglo XX, a pesar de su estatus marginal dentro del movimiento comunista en general.
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